sábado, 26 de noviembre de 2016

Los lunes eran mi día favorito, porque empezaba una semana nueva a tu lado

¿Te imaginas que fuesen las 6:00 de la mañana, y que tan solo me quedase una hora más de pesadilla, despertarme y ver tus buenos días? ¿Te imaginas que esto nunca ha pasado, y que las cosas siguen siendo como.. no sé, cualquier día de nuestra historia. Fue la rutina más bonita que he tenido jamás en toda mi vida. Podían pasarme mil mierdas... ¿Te acuerdas? "Nada de esto puede afectarme porque tú sigues a mi lado" ¿Pero ahora? ¿Quién coño eres? ¿Quién coño somos...?

Cada domingo me despierto con las manos vacías y el corazón lleno de inseguridades, cada domingo ya no sé donde cojones caerme muerta si no es en tus brazos, ya no sé... No sé nada. Sólo se que ya no estás, y que ya no sé quien somos, pero menos sé quien eres.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Cuando empieces a despreocuparte de lo que pasará, empezarás a disfrutar de lo que está pasando.

El tiempo pasa, los sentimientos se enfrían, las personas cambian y la vida no para de dar giros de 180, como si todo estuviese escrito. Como si hoy estuviésemos aprendiendiendo las lecciones del ayer. Como si el karma de todas las veces que la cagamos estuviese esperándonos mañana. Los meses parecen años. Las cosas cambian demasiado rápido. No me reconozco.

Pero, ¿Y si empezamos a vivir y dejamos de pensar?

¿Y si empezamos a dejar de preocuparnos y calentarnos la cabeza por lo que queremos y empezamos a disfrutar del trayecto que nos espera hasta llevarnos a donde queremos?
¿Y si empezamos a vivir la vida sin preocuparnos de lo que va a pasar? Porque cuando eso pase estaremos esperando a que pase otra cosa y al final, lo único que pasa, es la vida.

El peor vacío es el que no se cuenta.

Me he llevado muchas hostias a lo largo de mi tránsito por la vida. Yo creo que esta es una de las peores por no decir la peor. Se puede decir que sí. Que me he llevado la mayor hostia de mi vida. Que cuando me sentía más feliz que nunca, confiando en quien nunca volvería a confiar, apostando por quien nunca volveré a apostar, me he llevado la hostia de quien menos me la esperaba. No voy a decir que te quedas sola porque no, porque ahora estoy más rodeada de gente que merece la pena más que nunca pero no sé, un poco vacía sí que te quedas.
 Para ser la peor hostia de mi vida también es la que mejor he llevado nunca.




La felicidad no nos incita a escribirla, nos incita a vivirla.

¡Qué frío! Bienvenido seas otoño a tocarme otro año el coño, como me gustaría poder ver lo bonito de estos meses, pero es que todos los años me toca tragarme la misma mierda en los mismos meses. Cómo han pasado los años.